DECONSTRUCTIVISMO

 EXTRACTO DE "LAS TESINAS DE BELGRANO"    UNIVERSIDAD DE BELGRANO

La filosofía del Deconstructivismo, sus aplicaciones en arquitectura y
opinión personal

Encontré la más clara explicación del pensamiento Derrideano (el cual en notoriamente complicado)
en el libro de Geoffrey Broadbent, “DECONSTRUCTION, a student guide”.  Como Broadbent señala, es
fundamental para el extraordinario punto de vista de Derrida sobre el mundo que nada significa mucho
de todas maneras.  Es por eso que se esfuerza tanto en tratar de no comunicarse con sus lectores; es
de hecho su intención que lo que dice sea difícil de comprender para nosotros, ¡si es que tiene algo que
decir!  Muchos intentos de explicar o analizar el Deconstructivismo fueron violentamente rechazados
alegando que tales acercamientos por su naturaleza violan la propia lógica del Deconstructivismo.  Sus
defensores insisten en que “(al Deconstructivismo) no se lo puede describir ni expresar como a otros
pensamientos” porque es una nueva forma de lógica que superó a la forma tradicional a la cual tales
análisis pertenecen.
Derrida tiende a trabajar más por reacción a las ideas de otros pensadores, que por propia iniciativa con
nuevas ideas.  Entre sus “victimas” incluye muchos de los grandes pensadores de occidente, en especial
Nietzsche, Husserl, Plato, Heidegger, Rousseau, Saussure y varios más.  En cada caso Derrida intenta
refutar estos pensadores con argumentos derivados de los escritos del propio autor, para demostrar así
–con éxito en muchos casos-, que el mismo razonamiento llevado a su conclusión lógica termina recha-
zando el argumento inicial.  El Deconstructivismo concierne sobre todo –como Derrida mismo insiste-
con textos literarios.  Sus ataques se centran principalmente en temas como la metafísica, la claridad, el
logocentrismo, el significado, el pensamiento binario y el fonocentrismo.
2.1. La metafísica es la búsqueda, desde hace siglos, de la “verdad” y de la “esencia del ser” que fue
el centro de la filosofía occidental. Derrida menosprecia esta antigua búsqueda de la verdad, de la razón
de nuestra existencia, la idea de que pueda haber algún tipo de “conocimiento absoluto”, un “creador” o
“dios”.  Los metafísicos creían que solamente a través del puro razonamiento podríamos arribar a dicha
“verdad fundamental”; y que en esta forma únicamente descubrir las raíces de nuestra existencia, del
pensamiento.  Esto es relevante en arquitectura en el hecho que, para Derrida, no hay una “forma supe-
rior”, un “estilo internacional” ni un origen a partir del cual la arquitectura evolucionó.  Por lo tanto no hay
verdades aceptadas –Clasicas, Modernista ni cualquier otra.  El mismo hecho de “Deconstruir” –programa,
forma, o estructura- es demostrar el punto de vista de uno que no admite absolutos en arquitectura; que los intentos, de Heidegger (en filosofía), Le Corbusier, Wright y otros (en arquitectura), de encontrar dichos
absolutos esta destinado a fracasar.  Es por eso que Broadbent piensa que todavía no existan iglesias
deconstuctivistas, porque el Deconstructivismo mismo niega la existencia de Dios (con una excepción:
la iglesia dell’autostrada de Michelucci o el proyecto de Eisnman para la iglesia del año 2000 en Roma).
En mi opinión, si continuamos este razonamiento hasta el final, llegaremos al punto de negar la esencia
misma de la arquitectura. Me parece ésta una visión triste y vacía de la arquitectura. Después de haber
leído algunas definiciones de la “esencia” de la arquitectura (algunos la definen como el espacio conteni-
do por los muros, otros, en cambio, creen que yazga en los muros mismos y otros todavía en el “detalle
significante”)

 llegue a mi propia conclusión: Creo que la esencia de la arquitectura este definida por sus funciones principales; una exterior, que es protegernos contra los agentes externos como la naturaleza
u otros seres humanos y otra interior, que es organizar el espacio de acuerdo a nuestras necesidades,
que pueden variar desde un espacio de trabajo a uno de recreación o también habitacional. Cualquier
otra intención, como embellecer, simbolizar, comunicar, etc, las tomaría como secundarias, no esenciales.
La arquitectura sin funcionalidad no es arquitectura, es arte. Cumpliendo en primer lugar con estas dos
funciones diría que tenemos arquitectura, pero si queremos lograr una buena arquitectura, deberíamos
tomar otros aspectos en consideración, como la estética (nos guste o no, la arquitectura es sobre todo
imagen). La función debe siempre estar, pero el edificio puede tomar muchas formas diversas. Es la forma
la que comunica las intenciones del arquitecto. Históricamente comunicaba certezas como las relaciones
de causa y efecto del Modernismo. Durante las primeras décadas del siglo XX muchos arquitectos con-
cientemente adaptaron sus diseños al proceso de racionalización que se vivía, querían reflejar el avance
racional de la humanidad. Hoy los arquitectos están interesados en reflejar temas como la transgresión,
el placer y la violencia, con el Eros y la descomposición, con la locura y el azar, con campos que van más
allá de los límites de la razón. Su forma de pensar ya no procede de un ideal, una esencia o una naturaleza
verdadera como base de una arquitectura. Ellos son anti-fundamentalistas pero con fundamentos. “Es
mi visión, dice Libeskind, que las mejores obras del espíritu contemporáneo vienen de la irracionalidad,
mientras que lo que prevalece en nuestro mundo, lo que domina y muchas veces mata, lo hace siempre
en nombre de la Razón”
 Derrida es parte del movimiento Post-Estructuralista reaccionó fuertemente contra la claridad de
sus predecesores Estructuralistas. En su ataque a la claridad, los Post-Estructuralistas retenían que si
yo trato de escribir simple, clara y directamente, “es mi evidente deseo insinuar mis pensamientos en tu cerebro y así colonizar tu mente”. Es por eso que ellos escriben deliberadamente en una manera tan
poco clara, tan difusa, incoherente y ambigua que terminará por hacerte enojar tanto que, en tu lucha por
comprender, te forzará a tener tus propios pensamientos.”
La arquitectura Deconstructivista es tan ambigua como los textos Deconstructivistas, mientras que
la claridad es lo que sobresale en cuanto analizamos la arquitectura Moderna, simplicidad estructural
y coherencia en el programa. Robert Venturi, un exponente del Post-Modernismo, demostraba un pen-
samiento paralelo al Deconstructivismo arquitectónico cuando en “Complejidad y Contradicción” (1966)
ataca la “transparencia” del Modernismo. Para él, el error estaba en la creencia que el exterior de un
edificio debiera reflejar su lógica interior, que debiera ser transparente en este sentido, permitir una lectura
y una comprensión de su funcionalidad. Si un edificio fuese concebido en esta manera, el interior antes
que el exterior, entonces el diseño urbano dejaría de existir, ya que cada edificio se tornaría en si mismo
sin poder integrarse con sus vecinos. En mi opinión hay un balanceo entre forma y funcionalidad, que
uno como arquitecto debe tener en mente a la hora de diseñar. Ambos están relacionados y se afectan
mutuamente, el interior con el exterior y la función con la forma. La habilidad del arquitecto esta en saber
otorgar la debida importancia a cada uno sin olvidarse que el otro se vera afectado. Si yo modifico el
interior de un edificio, muy probablemente cambiará el exterior y entonces deberé arreglar ese cambia-
miento exterior y tornar al chequear el interior. Es un proceso de ida y vuelta que encuentro similar a la
forma de resolver una ecuación de física. Esta ecuación es usada para resolver la fricción de un fluido
que corre  dentro de un tubo. Hay dos ecuaciones con dos variables: fricción y velocidad del fluido.  En
la primera ecuación, a medida que aumenta la velocidad, también aumenta la fricción, lógicamente; pero
en la segunda ecuación, a medida que aumenta la fricción, la velocidad disminuye. Entonces lo que uno
hace es ingresar un valor para la velocidad en la primera ecuación y obtener la fricción, luego ingresamos
esta fricción en la segunda ecuación y obtendremos una nueva velocidad que a su vez la reingresamos
en la primera función para obtener una nueva fricción, que nuevamente la ingresamos en la segunda
ecuación y así continuaremos hasta que ambos valores –velocidad y fricción- se estabilicen. Este ida y
vuelta de una ecuación a la otra hasta obtener un resultado estable es lo que encuentro similar a la forma
de resolver la relación interior/exterior cuando diseñamos un edificio.

Ferdinand de Saussure, uno de los fundadores del Estructuralismo, intentó desarrollar a partir del
lenguaje una “Teoría General de Signos” que llamó “Semiología”.  A través de la semiología intentó llegar a las raíces del conocimiento. El creía que el lenguaje es lo que nos permite pensar, entonces analizan-
do la estructura del lenguaje uno podría descubrir la estructura del pensamiento y en este modo llegar
a tales “verdades fundamentales”. Por lo tanto él estaba, a su manera, haciendo lo que los metafísicos
hacían, tratar de explicar nuestra existencia. Esta rama de la filosofía se llama Logocentrismo, esto es,
la creencia que el significado de una palabra tenga su origen en la estructura misma de la realidad, en
esas verdades fundamentales.
Derrida desprecia el Logocentrismo y también rechaza la relación entre una palabra y su significado. 
Es por esto que él usa palabras en cualquier manera, y nos dificulta tanto comprenderlo. “El quiere que las
palabras (y presumiblemente también los edificios) no tengan literalmente ningún significado”

 El opina que
las palabras tiene varios significados en oposición a un único significado. ¡Ve al Deconstructivismo como
nuestro intento de recuperarnos de la Torre de Babel!  “Los constructores de la Torre buscaron el dominio
político imponiendo en el mundo su lenguaje universal y su arquitectura universal.  Afortunadamente fra-
casaron y, desde entonces, según Derrida, nuestro objetivo no debería haber sido imponer otro “absoluto”
sino buscar una pluralidad de visiones”

 Esta es una visión claramente opuesta al Modernismo.
Algunos arquitectos tomaron literalmente la idea de que no hay un único significado y trataron de
crear edificios absolutamente sin significados, organizados de acuerdo a reglas puramente geométricas
que no transmiten ningún significado.  Yo encuentro la idea de significados múltiples más atractiva que
la negación total del significado. De hecho mi idea de un buen edificio es uno que nos transmita algo, y
cuantos más los niveles de comunicación tenga, más interesante será el edificio.  Podremos encontrar en
el edificio relaciones con nuestra cultura, con nuestro tiempo o con el pasado, con la geografía del lugar
o hasta con la literatura, el cine o la moda. Podremos encontrar metáforas o alusiones en un edificio,
algunas podrán ser obvias y otras podrán ser apreciadas solo por expertos, como alguna relación con
otro edificio no tan famoso.  Sería leer al edificio como si fuera una cebolla, cuanto más profundamente
lo analicemos, más significados descubriremos, más capas penetraremos.
Derrida critica la teoría de Saussure y basa sobre esta critica sus propias teorías. Saussure, como
muchos antes que él, tendía a pensar en pares opuestos, o “oposiciones binarias”. Cualquier lengua,
como el inglés, comprende un conjunto de palabras y un conjunto  reglas – una sintaxis- para usarlas.
También hay dos tipos de palabras: Sintagmáticas y Asociativas. Las palabras sintagmáticas provienen
del rol que cumplen dentro de la estructura de la oración, su sintaxis. Las palabras asociativas, por otra
parte, derivan su significado de las palabras “fuera” de la oración que asociamos con aquellas dentro.
Por ejemplo, si uso la palabra “arquitecto” uno podría asociarla inmediatamente con otras palabras como
“arquitectura”, “diseño”, “construcción” y así sucesivamente.
Derrida también basa su propia obra más directamente sobre otra oposición binaria de Saus-
sure: sus “significado/significante”. De acuerdo a Saussure, dentro de nuestro cerebro tenemos ideas,
conceptos de algún tipo que tratamos de transmitir a otra gente. Estos conceptos son por su naturaleza
abstractos, efectivamente “inmateriales” ya que se encuentran dentro de nuestros cerebros.  Pueden
ser sobre cosas concretas y existir físicamente en nuestro cerebro como patrones químicos y eléctricos.
Pero de todas maneras son ideas, no concretas en si mismas.  Pasamos las ideas de nuestro cerebro
a otra gente dándoles forma física. Mientras hablo, yo “codifico” mis conceptos en “sonido-imágenes”
que llegan a tus oídos: tus órganos censores para oír.  Saussure dice que han tomado forma sensible.
Tus oídos pasan esos sonido-imágenes hacia tu cerebro donde son decodificados otra vez en conceptos
inmateriales.  Estos dos elementos muy diferentes, el sonido-imagen y el concepto inmaterial se unen,
según dice Saussure, para formar el “signo” y los nombra “Significante” y “Significado” respectivamente.
Mientras que los significados de Saussure solo existen en el cerebro, sus manifestaciones físicas –los
significantes- pueden existir en diversas maneras: como palabras escritas o impresas en papel, como diagramas, dibujos pinturas, sonidos musicales o formas arquitectónicas. Es la unión del significante
junto al significado que nos da el “signo”. Nosotros nos comunicamos a través de signos. Como Derrida
resalta, nosotros leemos una parte, el “significante” de Saussure, en el mundo “sensible” de Platón y otra,
el “significado”, en su mundo “inteligible” donde encontraremos la verdad. (Platón creía que lo que vemos
o sentimos es solo una proyección de la realidad en nuestro mundo).
Pero el lenguaje no ofrece únicamente la posibilidad de comunicarnos con otras, Saussure sugiere
que si no tuviéramos lenguaje, seria imposible siquiera pensar porque seriamos incapaces de distinguir
claramente una idea de otra.  El lenguaje nos da la estructura mediante la cual pensamos.
Por lo tanto ¿Qué tipos se estructuras existen? Dos tipos, otra oposición binaria, lógicamente: “Re-
laciones” y “Diferencias”. En cuanto a las relaciones ya lo expliqué: Sintagmáticas y Asociativas. Las
Diferencias se generan entre los sonidos que emitimos cuando pronunciamos las palabras, aquellos que
nos permiten distinguir por ejemplo, casa de masa, de tasa y así sucesivamente.  Saussure dice que la
“substancia fónica” contenida en un signo es menos importante que sus diferencias con respecto a otros
signos que la rodean. En otras palabras, no importa tanto como una palabra es pronunciada, cuanto a
que debe ser diferente de todas las otras palabras que la rodeen para que nosotros podamos distinguirlas
y comprender. Entonces al fin de cuentas, el lenguaje no es más que diferencias y relaciones, y como
nuestro pensamiento esta relacionado inextricablemente con el lenguaje (significados y significantes están
inextricablemente unidos), diferencias y relaciones son lo que nos permiten pensar.
Es esta relación entre significado y significante que Derrida rechaza. El dice que no existe semejante
cosa como un significado fijo para una palabra (un significante limitado relacionado con un significado),
“Jamás podremos fijarlo” como dice Sarup, “No podemos encontrar un único significado dentro del
signo, lo que experimentaremos, en cambio, será un constante parpadeo de presencia y ausencia (del
significado) juntos”.

 No hay un presente estable en nuestros pensamientos, tampoco podemos fijar un
significado. Sería como buscar una palabra en el diccionario y encontrarla definida en términos de otras
palabras. Entonces si quisiéramos realmente entender el significado de la primera palabra, tendríamos
que buscar también el significado de todas esas otras palabras y las palabras usadas en definir estas en
una interminable cadena de consultas.
Joel Garver nos ayuda a entender la Deconstrucción Derrideana de “presencia/ausencia”
 sugiriendo
que Derrida esta atacando una particular visión que asume una absoluta presencia y una absoluta ausen-
cia. Una cosa esta o no, pensamos instintivamente, pero de hecho de varias maneras las cosas ausentes
dejan “rastros” de su presencia y una cosa presente puede a su ves estar parcialmente ausente. En las
relaciones personales, los hechos del pasado no están “presentes” espacial o temporalmente, pero la
historia pasada de la relación le ha dado forma al presente de la relación; la historia presente y futura
de la relación esta escrita sobre un palimpsesto (ver más adelante) que contiene las suaves marcas del
pasado. Este es el caso especialmente en relaciones personales problemáticas.  Cuando los hechos au-
sentes se manifiestan intensamente presentes, cualquier acción presente será interpretada en términos
de aquellos hechos ausentes. Por ejemplo, un marido compra flores a una mujer sospechosa, esto será
leído sobre un fondo de traiciones pasadas. En literatura, gran parte del significado del texto proviene de
lo que no se dice, lo que se dejo fuera del texto pero que igualmente esta presente, apenas perceptible,
a lo que se alude.
Nos estaremos preguntando que tendrá esto que ver con la Arquitectura? De hecho tiene mucho que
ver. La negación del significado de Derrida fue tomada por arquitectos deconstructivistas y traducida
como una arquitectura puramente “sintáctica” sin ningún significado “semántico”. El objetivo de Eisenman
cuando diseñaba sus primeros edificios era éste, él usaba reglas geométricas extremadamente puras
como “sintaxis” sin incluir ninguna referencia semántica de las que podríamos llamar “significado”. Estas reglas geométricas son derivaciones de las que, según Chomsky, nosotros los humanos aplicamos in-
conscientemente cada vez que formulamos una oración.
 La otra relación con la arquitectura que encuentro, es el concepto del palimpsesto. De acuerdo al
Diccionario de la Real Academia Española, un palimpsesto es un manuscrito antiguo que conserva huellas
de una escritura anterior que fue borrada. Así, un texto antiguo griego puede haber sido sobrescrito por uno
cristiano.  Derrida lo usa como una metáfora para explicar su punto de vista que cada palabra o concepto
lleva las huellas de tantos otros significados que son necesarios para entender el primero. Describe a
la metafísica como la “mitología blanca”, lo que sería una especie de “palimpsesto de metáforas y mitos
que fueron tapados y olvidados tan pronto como fueron construidos los conceptos filosóficos puros, como
universos totalizadores vacíos de mito y metáforas. Pero quedan siempre rastros de esas metáforas que
ni la violencia del concepto puede reprimir”

. El Deconstructivismo muestra como el intento de definir
conceptos o significados como auto-suficientes es incoherente como lo es también cualquier intento de
determinar las relaciones entre conceptos como pares opuestos (que veremos más adelante en detalle). 
Anthony Vidler detecta en los planos de Le Corbusier un fuerte deseo de “olvidar la antigua ciudad, sus
monumentos y su significado tradicional que eran vistos como demasiado asociados a los problemas
económicos, sociales, políticos y sanitarios del viejo mundo como para justificar su permanencia. Este
olvido tomaría, en el caso de Le Corbusier, la forma de eliminación, literal y figurativa, de la ciudad mis-
ma, a favor de la tabula rasa (…)”.

 Es aquí entonces que vemos la relación, los arquitectos Modernistas
trabajaban sobre los principios del palimpsesto, creando sobre la destrucción y el olvido. Yo estoy más
de acuerdo con la visión Deconstructivista de Rem Koolhaas sobre el en el urbanismo: para él, tiene más
que ver con la “reintegración de todos los segmentos” que con la negación, como era en el Modernismo. 
Eisenman también trabaja con la idea de palimpsesto, pero no según la manera Modernista de olvidar,
sino por el contrario, en recuperar esas huellas del pasado que han quedado cubiertas.
Derrida nota que a través de la historia, los filósofos tendieron siempre a pensar en pares -pen-
samiento binario-, y deprecia esto, creyendo que este tipo de pensamiento es restrictivo, que nos limita
en la posibilidad de adquirir nuevos puntos de vista. El menciona algunos de los pares que se repiten
constantemente en filosofía: Bien/mal, ser/nada, presencia/ausencia, verdad/error, identidad/diferencia,
mente/materia, alma/cuerpo, vida/muerte, naturaleza/cultura, escritura/lenguaje, interior/exterior e inclu-
ye el par de Saussure significado/significante. Estos pares le parecen dañinos a Derrida, especialmente
cuando la segunda parte del par es vista como inferior a la primera, una versión negativa, indeseada y
corrompida de ella. Como dice Broadbent: “la ausencia es la falta de presencia”; “el mal es la caída del
bien”; “el error es una distorsión de la verdad”. Nietzsche pensaba en términos parecidos con Derrida,
“no hay opuestos… y el error de razonamiento yace en el fondo de esta antitesis…” Derrida ataca la
binariedad con un proceso extremadamente dudoso. Este consiste en encontrar palabras que poseen en
si mismas significados opuestos que se contradicen; él las llama “indecibles”. Encuentra que la palabra
“Pharmakon” por ejemplo, significa “veneno” y “remedio” a la misma vez.  Nada podría ser más contrario
a los opuestos binarios que una única palabra que posee dos significados opuestos simultáneamente.
Para dar un ejemplo de lo que podría ser esta nueva forma de lógica de Derrida, Broadbent cita su extraño
punto de vista: “No es… simplemente falso decir que Malarmé es un Platónico. Pero es sobre todo no
verdadero. Y vise-versa”.  Entonces, como dice Broadbent, en vez de usar una simple estructura esto/o
eso de lógica tradicional, Derrida intenta elaborar un discurso que no dice ni esto/o eso ni esto/y eso ni
tampoco ni esto/ni eso. Las diferencias nunca son absolutas, por lo cual tampoco lo son las identidades. 
“Malarmé no era Platón y nadie en su sano juicio podría pensar que fueran idénticos. Pero tampoco eran
absolutamente diferentes; al fin y al cabo ambos eran humanos.”
Este tipo de “pensamiento Deconstructivista” es nuevamente análogo a lo que Robert Venturi
dice cuando escribe en “Complejidad y Contradicción” sobre los “ambos/y” de la arquitectura: La cualidad
cerrada y abierta de la Villa Shodan de Le Corbusier, la cualidad simétrica a pesar de la asimetría de la
Corte Tudor de Barrington o la unidad y dualidad de la Iglesia de la Inmaculada Concepción de Guarini. 
Estoy de acuerdo con Broadbent en que los ambos/y de Venturi son bastante mas convincentes que
los “indecibles” de Derrida.  Encuentro que Turín posea esta misma ambos/y cualidad (especialmente
después de los Juegos Olímpicos 2006) cuando en ella se juntan la tradición y la vanguardia, lo antiguo
junto al high-tech. ¡Y me encantan esos contrastes! El Modernismo basó muchos de sus principios en
oposiciones binarias, cito a continuación algunas de sus máximas, “menos es más” de Mies Van der
Rohe, o el discurso de Le Corbusier construido en torno a las distinciones binarias de recta versus curva:
“El hombre camina en una línea recta porque tiene un objetivo… La manada de burros va vagando…
el hombre gobierna sus sentimientos con la razón”. Todo su discurso “Marcha hacia el orden” de 1987
esta articulado en dos cadenas de equivalencias confrontadas: hombre /razón/ orden/ gobierno /luci-
dez/ nobleza/ línea recta/ ángulo recto versus manada de burros/ irracionalidad/ distracción /relajación/
animalidad /zigzag/ meandro. Yo pienso que el Universo mismo desde el inicio haya estado dividido en
una de las oposiciones binarias más grandes, la de “orden y caos”. Y la podemos encontrar también
en arquitectura, entre el Modernismo y la Deconstrucción.  Habiendo leído el discurso de Le Corbusier,
fácilmente notamos que esta gobernado por la búsqueda del orden y la razón. El Deconstructivismo es
lo opuesto: Una mayor importancia es otorgada a los sentimientos antes que a la razón, y su imagen es
una indudablemente caótica.
Retomando el discurso de los sentimientos, veamos que tipos de sentimientos los arquitectos De-
constructivistas buscan.  Peter Eisenman, por ejemplo, dice que “las personas han estado interesadas en
relacionarse ellos con su medioambiente como una fuente de seguridad. Yo creo que si el medioambiente
físico les genera un una ansiedad, ellas podrían volverse en si mismas y es internamente que encontrarían
la fuente de seguridad.  El medioambiente físico no puede nunca proporcionar eso, puede proporcionar
confort físico, refugio, pero no podrá nunca proporcionar refugio psicológico”.
 Cuando se trata de sus
propios edificios él crea un “espacio realmente disturbante, completamente dislocado, en el que uno nunca
sabe en donde se encuentra, ni en que nivel, nunca se sabe…”  Eisenman esta preocupado en generar una
incertidumbre en las personas que la inducirá a buscar seguridad dentro de ellas mismas. Para Heinrich
Klotz, el Deconstructivismo es un indicio de “cómo percibimos nuestras vidas hoy, y una gran parte de
ella es la incertidumbre que sentimos.” Y es la aceptación de esta incertidumbre la que nos liberará.  Klotz
describe el Hysolar Institut de Behnisch en Stuttgart de la siguiente manera: “Es un ambiente en el que
uno no puede sentirse absolutamente seguro, en el cual quedan abiertas las preguntas y la resolución y
la totalidad del emprendimiento quedan en la duda (…) Las cosas son ensamblajes de varias partes que
amenazan con derrumbarse pero sin embargo se mantienen en pie (…) lo hace sentir a uno liberado, no
lo encierra a uno en un lugar común, repetido, nos da la sensación de haber experimentado algo nuevo
(…) que tiene un efecto liberador, no nos confirma simplemente todo lo que ya esta aceptado en todas
partes.”
 Klotz va todavía más lejos: para él, el Deconstructivismo es también una “protesta contra el
consumismo, contra el producto listo para consumir.”
Tenemos la libertad para el usuario y el consumidor, pero Coop Himmelblau arquitectos buscan tam-
bién la libertad para el arquitecto cuando diseña.  En su fábrica deconstructivista del sur de Austria “las
chimeneas bailarinas tienen funciones totalmente normales” dicen ellos, “simplemente bailan.  Cuando
diseñábamos las chimeneas nos preguntamos ¿Por qué no hacerlas inclinadas?  Esto da una idea de
nuestra  forma de diseñar: Aparentemente en una forma completamente arbitraria, pero a través de esta arbitrariedad eliminamos todas las restricciones usuales.  Así escapamos de la obediencia debida.  Dise-
ñamos en total libertad, preocupándonos más tarde en cómo vamos a construir nuestros diseños.”  Por
lo tanto la Deconstrucción es también una búsqueda de la libertad y una protesta contra la obediencia.
Contra las leyes absolutas.
 Entre las oposiciones binarias mencionadas hay una que Derrida detesta especialmente y es
la de la escritura como oposición al habla. El ve que el lenguaje hablado es generalmente privilegiado
sobre la escritura, que los estudios de las lenguas están dominados por el Fonocentrismo, que es la
idea de que la lengua hablada sea siempre superior a la escrita debido a que nos da un acceso directo
a los pensamientos del autor; el lenguaje hablado es “transparente” en una forma que el la escritura
nunca podrá serlo. Los estudios de Saussure, según Derrida, están basados en esta falsa suposición, y
de hecho para Saussure “la escritura sólo existe con el propósito de representar el habla.”
1
 La escritura
es meramente un rastro de lo que el escritor hubiera dicho de haber estado presente en el primer lugar,
expresando directamente sus pensamientos. Derrida dice en De la Gramatología, “la escritura no esta
más vista como un… derivado, una forma auxiliar del lenguaje… Es más… que solo una extensión de él,
la escritura comprende el lenguaje.”
Al igual que Derrida ve a los estudios del lenguaje como “siempre y en todas partes” dominado por el
Fonocentrismo, Broadbent ve en la arquitectura un dominio de lo visual sobre el resto de los sentidos.  “La
arquitectura ha sido considerada enteramente como una cuestión visual.” El opina que “la visión debería
ser tomada en consideración junto a los otros sentidos: de la escucha, del olor, del tacto y otros menos
familiares como los de frió y calor, posición y movimiento y muchos otros.  Pero no es que tampoco el
Deconstructivismo haya demostrado semejante pensamiento empírico y sensitivo, con excepciones ho-
norables como la “promenade cinématique” de Tschumi o las juegos de luz y las vistas enmarcadas de
Gehry… Inclusive éstos son visuales, pero al menos están relacionadas con otras artes visuales.” Un
verdadero punto de vista Deconstructivista en arquitectura seguramente desafiaría el predominante Vi-
siocentrismo para equilibrar el balance entre la visión y los demás sentidos, como Derrida quiso equilibrar
la relación entre la escritura, a la cual veía “oprimida” y del habla “privilegiado.”